lunes, 15 de diciembre de 2008

¡El 17 de diciembre cumplo 5 años sin tóxicos en mi cabeza y sin la barrera de olor y humo que me separaba de los que bien me quieren!

¡Cinco hermosos años sin humo empujada por el amor de mis dos hijos! Acá, las fotos de mis dos amores, Hernán y Nicolás:












¡Gracias a Dios! ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias hijos! ¡Gracias Sin Pucho! ¡Gracias a mí!

¡Qué bueno poder oler mis jazmines!
¡¡¡¡¡Cinco años sin encender!!!!!




Acá les pego mi segundo testimonio a Adiós Tabaco, de cuando estaba cumpliendo mis primeros ocho meses sin fumar, allá por agosto del 2004:


Gracias por la bienvenida y les cuento a todos mi historia con el cigarrillo. Yo fumé durante 26 años. Empecé a fumar a los quince. Yo no sabía cómo era la vida sin cigarrillo. Había intentado dejar varias veces con distintos métodos pero ninguno me había dado resultado hasta que me contacté con Sin Pucho. Primero seguí los pasos del grupo desde afuera, escribiendo mails, averiguando, casi durante un año. Tomé la decisión de ir a una reunión, un sábado, cuando mi hijo menor, Nicolás, me presionó para que le dijera cuándo iba a ir a ese lugar en el que me iban a ayudar a dejar de fumar. También Hernán, mi hijo mayor, me presionaba para que dejara de fumar. Me decía: "mamá, vos necesitás pedir ayuda porque sos una adicta", a lo que yo le contestaba: "nene, no digas así porque los vecinos van a creer que yo me drogo o algo así" y él me contestaba: "pero si te drogás con tabaco, es una adicción, que esté socialmente aceptada no quiere decir que no sea una droga que te provoca adicción." Bueno, finalmente "me llevé" a Sin Pucho, un sábado a la tarde fui a La Pharmacie, y ahí escuché las primeras frases que para mí serían claves en esto de intentar parar de fumar: que el tabaco provoca adicción, que las ganas de fumar se van sin fumar, que me pusiera en un bolsillo lo que pensaba que me serviría y que me guardara en el otro lo que no me sirviera en ese momento...y que podía luchar con la siguiente pitada solamente y no con los dos paquetes de cigarrillos que encendía.... Y la verdad fue que me impresionó: me impresionó la calidez del grupo, que nadie me juzgara, que nadie me reprochara, que nadie me dijera lo que tenía que hacer... Para mí entender que el tabaco me provocaba adicción fue algo esencial. Me di cuenta de lo atrapada que me sentía por el cigarrillo. Me di cuenta de que no era una cuestión de voluntad. No era que yo tuviera personalidad débil, poca voluntad, baja autoestima o que no respetara mi propia decisión. Era a una adicción a lo que yo me estaba enfrentando. Para mí, reitero, fue clave, porque tomé la verdadera dimensión del "enemigo" que sentí que tenía que derrotar. Entonces empecé a llevarme todos los días al grupo, y a escuchar durante dos horas los relatos de los compañeros, y a hablar de lo que me pasaba con mi cigarrillo. Yo pensaba que mi adicción era poderosa, que los demás habían podido pero que en mi caso yo iba a necesitar un milagro. Fumadora empedernida, si las hay...ésa era yo. Imposible dejar de un día para el otro. ¿Cómo hacer? ¿Cómo aguantar 24 horas sin prender? ¡Qué admiración por quienes lo habían logrado ya! ¡Qué bueno! Para mí sonaba a increíble. Entonces en la tercera reunión sucedió algo milagroso para mí: me sentí tan contenida por el grupo…sentí que todos sabían lo que me pasaba...que todos me entendían. Yo escuchaba a los compañeros, y... estaban hablando de mí, cada uno hablaba de sí mismo, pero hablaban de mí....lo que relataban.... era lo mismo que me pasaba a mí. Y entonces me

"tiré a la pileta". Salí de esa reunión, repito, la tercera, y me dije a mí misma: ahora estoy acompañada, ahora tengo que poder decirle no a la siguiente pitada... Y me animé y recuerdo que tiré el segundo atado de cigarrillos ya comenzado a la basura. Y me interné en el grupo. Todos los días durante cuarenta y cinco días no falté ni a una sola reunión. Y desde entonces sigo sin prender. Algo que todavía me cuesta creer. y que me emociona hasta las lágrimas... (Algunos de ustedes lo saben porque sigo llorando cada vez que hablo de esto en las reuniones, ¡Qué le voy a hacer! ¡Me sigo emocionando!) Gracias a que me vi reflejada en ese espejo fragmentado que fueron mis compañeros de Sin Pucho para mí, hoy puedo decir Gracias por haber estado ahí para mí, Gracias por haberme escuchado, Gracias por haber compartido sus experiencias conmigo, Gracias por haberme bancado llorando... Gracias.... porque por todo eso hoy puedo decir que el 17 de agosto cumplí 8 meses sin prender... Y me vuelvo a emocionar... No sabía lo que era vivir sin cigarrillo y ahora descubro lo maravillosa que es la vida sin humo. Puedo oler... si se viene la lluvia... puedo oler...la tierra mojada... puedo sentir el olor de la piel de mis hijos... puedo sentir el aroma de una flor… puedo sentir el olor al verde de las plantas.... puedo saborear las comidas... puedo protegerme de los olores desagradables o nocivos.... puedo correr un colectivo… subir una escalera... puedo tener paciencia para escuchar sin la urgencia de prender… puedo hablar sin fumar... puedo.... puedo... puedo... Y me emociona poder... y puedo porque está mi grupo ahí para mí, puedo... porque están todos ustedes con sus testimonios, puedo... porque de todos aprendo...Les reitero: yo pensé que era un caso único, de aquellos, que así nomás no iba a poder... que me iba a costar sangre, sudor y lágrimas... Y para colmo: estaba en uno de los peores momentos de mi vida: como suelo decir, había tocado fondo: me habían despedido del laburo, falleció para esa época mi ex esposo y padre de mis hijos, se fracturó la cadera mi madre, se me murió la perra... todo en el transcurso de cinco meses aproximadamente.... lo único que hacía era fumar.... hacía zapping con el control remoto del televisor sin mirar ningún programa... no hacía otra cosa que fumar... mis hijos querían venir a decirme algo y huían despavoridos cuando se encontraban con una nube de humo en mi cuarto "cuando termines de fumar vuelvo mami" me decían... (y ¿cuándo terminaba de fumar?.... no terminaba... era un cigarrillo tras otro). Bueno en ese marco de cosas estaba cuando llegué a Sin Pucho. Y les repito: ¡Pude... pude.... pude.... pude! ¡Gracias a mí y a ustedes...! Y hoy estoy absolutamente feliz... feliz... feliz....Y los problemas...algunos... se van superando...otros no....o sí...pero cuesta... los duelos se van haciendo... las circunstancias de la vida cambian... otras no... las cosas pasan, otras se quedan,… vienen y se van... pero yo sigo sin fumar... Y ya van.... ocho meses... sin prender... Sólo por hoy le digo no a la siguiente pitada...

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Muchas Gracias!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Marcela



Claudio Valverde <cevalver@sinpucho.com> wrote:

Marcela:

si no me equivoco es la primera vez que escribis a la lista en

ese caso te doy la bienvenida, es una alegría además de verte en Sin

Pucho, encontrarte aquí también. Te invito a que nos cuentes lo que

tengas ganas acerca de tu historia de fumadora y aprovecho para

comentarte algo acerca del funcionamiento de Adios Tabaco, que como

podrás apreciar es muy similar al funcionamiento de nuestros grupos

presenciales.






jueves, 11 de diciembre de 2008

Rosa amarilla


Ja ja ja. Estoy con el tema de las rosas. Esta es amarilla. ¿No es hermosa también?