lunes, 31 de octubre de 2011

A Néstor Carlos Kirchner!

Buenos Aires, 27 de octubre de 2011
¡Qué día tan doloroso el de hoy Néstor! Yo sé que desde donde estés, podés escucharme, a mí y a todos los que te amamos.
Néstor Carlos Kirchner hoy hace un año que ya no te tenemos entre nosotros físicamente, y las lágrimas de dolor brotan por mis ojos desde mi corazón y mi alma, pero ni aún así logro mitigar la profunda pena, ni encontrar consuelo.
Néstor, hombre aguerrido, sabio, comprometido, líder, militante de alma, político de estirpe, compañero, humano justo y generoso.
Cuando recién electo Presidente de los argentinos te bajaste de las gradas, eludiendo a tu custodia, para juntarte con el pueblo, para saludar y estar con tu gente, como uno más… te ligaste el golpe en la frente que esgrimías con el orgullo del niño travieso que sabe que está haciendo algo “fuera de protocolo” pero con la plena conciencia de estar siguiendo su corazón.
Generoso hasta la locura, pusiste al pueblo, a tus ideales, al sueño de la Argentina que querías, por delante incluso de tu propia salud ¡Qué locura! Líder único y especial, te necesitábamos y también Cristina, tu férrea compañera de ruta en la vida y en la política. Como dice ella “se te fue un poco la mano”, te creíste de hierro, pero aunque fuerte, eras humano Néstor. Compañero noble que cumpliste con lo que dijiste al asumir el mando presidencial, que no dejarías tus ideales en la puerta de la Casa Rosada, y así fue Néstor, así lo hiciste. ¡Qué coraje!
Cuando hiciste que fueran descolgados los cuadros de la ESMA de los altos mandos del ejército, responsables del genocidio…, y convertiste al macabro lugar, centro de tortura, en un museo para que los argentinos no perdamos la memoria, me emocioné hasta las lágrimas…. pensé, me dije a mí misma, “¡por fin, un Presidente con mayúsculas! ¡Alguien a quien por fin le puedo creer, porque pone en hechos, en actos reales lo que piensa y lo que dice que hará!” No lo podía creer Néstor, supe que estaba presenciando un momento histórico para nuestra Patria; ahora podría, para algunos, sonar como algo muy fácil de hacer, pero hasta ese momento, a pesar de los años transcurridos desde la recuperación de la democracia en el 83, nadie se había animado a hacer lo que hiciste Néstor. Más aún considerando que el golpe del 76 no había sido únicamente militar sino cívico-militar, y sabíamos y sabemos de la existencia de la poderosa derecha que en la Argentina, cuando ve amenazados sus intereses, iba a golpear las puertas de los cuarteles.
¡Qué hombre tan valiente! ¡Qué hombre tan centrado! ¡Qué coraje! ¡Qué sabiduría, y qué humildad! Y a pesar de que algunos mediocres te tildaran de soberbio y de utilizar el tema de los derechos humanos en forma demagógica, el pueblo entendió que lo tuyo era profundo y genuino.
Le pediste perdón al pueblo por los treinta mil ciudadanos argentinos desaparecidos sin haber tenido la chance siquiera de un juicio justo ni injusto, en un país en el que no existe la pena de muerte, pero en el que, sin embargo, sin juicio mediante y sin condena, fueron muertos y desaparecidos de la vida, y arrancados de sus familias, de la manera más cruel, más arbitraria, más injusta y dolorosa para un país… Y Néstor…vos pediste perdón al pueblo desde tu corazón, y lo hiciste desde la investidura presidencial, algo inédito y de un coraje y humildad, ¡dignos de admiración!¡Qué importante fue esto Néstor para todos los argentinos! El duelo de los deudos de un fallecido empieza con la aparición del cuerpo sin vida, y lo mismo sucede con el duelo de un pueblo. Considerando que además de asesinados fueron desaparecidos sus cuerpos y en miles de casos, la aparición de sus cuerpos sin vida fue imposible, era aún más importante el pedido de perdón de un Presidente Constitucional. El duelo del pueblo entero comienza entonces a partir de este sincero pedido de perdón por los delitos de lesa humanidad cometidos contra seres humanos desde la violencia de un país con un gobierno militar, de facto y en estado de sitio.
Vos hiciste eso Néstor, le diste a las madres, abuelas, y familiares de personas desaparecidas, y al pueblo todo, la oportunidad de empezar a sanar la herida, de empezar a realizar el duelo correspondiente, pero no por decreto ni por leyes de punto final ni de obediencia debida, sino desde la convicción noble y profunda de saber que no se juega con la vida de las personas, ni se le quita la vida a las personas con la impunidad y arbitrariedad con la que lo hicieron en la última dictadura militar. Hombre de convicciones profundas, con la combinación perfecta de coraje y amor en su corazón, te atreviste a más, y fuiste por más, ordenaste la remoción de la cúpula del Ejército, la renovación de la cabeza de la policía, les hiciste entender que ellos están al servicio del pueblo y del Presidente, quien es el que ejerce el poder de la soberanía popular, y no al revés.
Y como corolario de tus acciones, dignas y a la altura del gran cuadro político y estadista que sabe cómo poner las cosas en su justo lugar, les diste el reconocimiento a las Madres de Plaza de Mayo y a las Abuelas, hasta ese momento, mujeres valientes que luchaban solas, y vos, así como en el golpe del 76 se habían utilizado bienes del Estado al servicio de la muerte, la tortura y la desaparición forzada y arbitraria de personas, vos pusiste a disposición de ellas, los dispositivos y medios necesarios del Estado para que pudieran seguir en la lucha y en la búsqueda y recuperación de sus familiares desaparecidos, en red solidaria y articulando todo el respaldo del aparato estatal para estas mujeres que jamás abandonaron la lucha, pudieran cumplir sus objetivos. ¡Qué admiración y orgullo me hiciste sentir de mi Presidente! Les diste a las Madres el lugar que merecían, el lugar que les pertenecía, que se habían ganado, el de ser un orgullo y un ejemplo para todos.
Cuando le dijiste “NO” a gobernar con los medios, aunque con esa negativa, tuvieran la excusa de “darte con un caño cada vez que podían en los medios de difusión masiva”, medios de comunicación todavía regidos por una ley del gobierno militar. Con el fuerte espíritu, que siempre te caracterizó, y tu gran coraje, les dijiste que no gobernarías con los medios ni a través de ellos, sino en contacto permanente con la gente, difundiendo tus convicciones a través de hechos concretos y de tu militancia por la defensa del campo popular.¡Qué valentía nuevamente! Gobernar sin los medios, mentirosos declamadores de ser defensores de la libertad de expresión y de prensa, que es sólo el disfraz bajo el que esconden y tapan su verdadero interés que es su negocio: la de manipular la opinión pública y la de “desinformar” para así poder realizar la defensa de intereses sectarios, de poder, dinero, y a veces también, de intereses a veces no tan santos.
Mi admiración por vos, siguió creciendo a la par de la multiplicación de actitudes tuyas y decisiones que ponías en acción, de la manera más correcta posible, y siempre en beneficio de la Nación: la profundización de las políticas de Derechos Humanos, con los juicios a los genocidas; la política de desendeudamiento con el pago al FMI con una quita histórica de los intereses de la deuda, que nos permitieron recuperar en serio la soberanía nacional, para que pudieras decirle a los señores que aconsejaban ajustes al pueblo, que la política económica la decidía el Presidente de los argentinos, siendo realmente Argentina un país soberano nuevamente; la manera en la que con tu inteligencia y sabiduría supiste poner a la economía al servicio del pueblo y no al revés, poniendo fin a las políticas implementadas durante treinta años de neoliberalismo salvaje que dejaba excluidos, hasta de lo mínimo, a los más débiles y desprotegidos, a los que la mano invisible “reguladora del libre mercado, pero ciega”, dejó afuera, hasta la muerte por inanición; la reactivación que tus políticas le permitió al campo, sector que no supo ser lo suficientemente agradecido con vos Néstor, que los sacaste de la ruina en la que habían caído con la mentirosa convertibilidad del menemato, y que gracias a tu acertada política cambiaria, alcanzaron niveles récord de productividad y exportación, sector que egoísta y paradójicamente no supo acompañar a tu sucesora, nuestra querida Presidenta Cristina, con la Resolución 125, apoyados por los medios de comunicación, que una vez más informaron mal al pueblo, y con el agregado de la desgracia, o fortuna, depende de dónde se lo mire, de haber desenmascarado a su vicepresidente, falso compañero de fórmula presidencial, que optó por defender los intereses sectarios, en vez de los nacionales, que eran los que debía proteger dado su investidura. Si Alberdi hubiera imaginado este escenario en el que un vicepresidente daría su cobarde y traicionero voto “no positivo”, “¿desempatando?”* en contra del modelo votado en democracia, que era el que representaba junto a Cristina Fernández de Kirchner, Presidenta electa con el 45 por ciento de los votos de los ciudadanos, ¡siendo su compañero de fórmula!, ¡que horror!, jamás le hubiese conferido el poder constitucional al vicepresidente, que, como presidente del Senado, pudiera dar su voto final para desempatar en la votación de una ley. Creo que si Alberdi resucitara y se enterara de tamaña desviación de interpretación de la Constitución, se moriría rápidamente otra vez, pobre, ¡del disgusto!
¡Qué orgullo tu mirada puesta América Latina toda y la integración del Mercosur! ¡Qué forma tan particular y especial de revalorizar lo autóctono para de una vez por todas dejar de mirar modelos foráneos que jamás nos sirvieron!
Quiero agradecerte también, Néstor, tu gran amor y admiración por tu compañera Cristina, esposa, madre de tus hijos. Recuerdo aquél día en Ferro cuando ante una multitud de personas, una vez más de las tantas, volviste a decirle lo mucho que la amabas y admirabas. Le abriste las puertas para que continuara y profundizara, las políticas emprendidas en tu mandato, y lo hiciste desde el lugar de admiración en serio por Cristina, valorándola como el cuadro político brillante que es. A través de la valorización de ella como mujer, abogada, militante y política, revalorizaste el rol de todas y cada una de las mujeres argentinas. Generalmente “ninguneadas y desvalorizadas” en el ámbito machista político y relegadas a roles secundarios. ¡Qué admiración de nuevo Néstor!
Tu grandeza es de tal magnitud, que hasta pareciera que el dejarnos físicamente, en pleno mandato presidencial de Cristina, hubiera sido, para una vez más, darle un lugar más grande a tu compañera militante, que cuando más decían los mediocres envidiosos, políticos de bajo calibre que ni siquiera saben ser oposición, que eras vos y no Cristina la que gobernaba, ella demostró con más fuerza y entereza que nunca, a pesar del dolor, lo grande, inteligente y brillante que es como Presidenta de los Argentinos, aún en los momentos más duros, sin su compañero de vida, y con un vicepresidente traicionero, que no sólo la dejó sola, sino del cual tenía que cuidarse las espaldas al tener que dejar el país, por sus funciones en el exterior como primera mandataria. ¡Qué profunda admiración siento también por nuestra amada Presidenta! ¡Qué mujer! ¡Qué grandeza, Cristina Fernández de Kirchner! ¡Digna compañera tuya! ¡Cristina y Néstor! ¡Néstor y Cristina!
Y sí… Néstor…, lamento mucho que no hayas estado para ver cómo el pueblo argentino, en las elecciones del 23 de octubre del 2011, le dijo “Sí!” a Cristina a través de las urnas, con la histórica elección, para su segundo mandato, con el casi 54 por ciento de los votos, 9 puntos más que en su primer mandato, convirtiéndose en, además de ser la primera mujer electa Presidenta, la primera mujer reelecta Presidenta, y algo inédito también, con mayor porcentaje de votos que en su elección anterior, y con el segundo, muy lejos de pisarle siquiera la sombra, y mucho menos los talones. Y ahora además gobernará con su compañero de fórmula, el vicepresidente electo, Amado Boudou. ¡Qué alivio para la Presidenta! ¡Tener un vice en serio!
¿Qué más decirte Néstor, en este humilde homenaje que pretende ser mi misiva? Hay tanto para enumerar sobre lo valioso que han sido y son, vos y Cristina para el país, que para ello, tendría que ponerme a escribir libros. Entonces por ahora, tendré que resumirlo en las siguientes palabras finales:
¡Gracias Néstor Carlos Kirchner! ¡Gracias por tu grandeza! ¡Te llevo en mi corazón y en mi alma! Y como todos los grandes, seguís y seguirás viviendo en todos y cada uno de los corazones de quienes te amamos. Un abrazo militante, ¡y vamos por más!
Lic. Marcela María Etchebehere
NR: * mi compañero de facultad de las épocas jóvenes, abogado y militante, Dr. Pedro Pereyra me hizo el siguiente comentario con respecto al voto “no positivo” de Julio Cleto Cobos: “no positivo” no implica, necesaria y rotundamente, que tal voto pudiera ser considerado como “negativo”. ¿Hubiéramos podido interpretarlo como “neutro”? Hasta acá, la reflexión de mi amigo. Lo que sigue, corre por mi cuenta. Para mí sí, y esto hubiera sido una genialidad: haber aprovechado la propia cobardía del traidor, que se tomó un montón de tiempo y transpirando sólo se animó a decir “mi voto es no positivo” ¿No les parece que se la tendríamos que haber peleado? Para mí, mi amigo tiene razón, NO POSITIVO, podría haber sido considerado NEUTRO, y con un neutro, la historia hubiera sido otra... No?