A mi hijo Hernán
Imperceptiblemente
Surgiste, tuviste vida
Te sentí crecer, naciste
Y fui feliz
Luché, tenaz,
Por conservarte
Por poder acariciarte
Para poder quererte
Casi te escapás…
Un hilo de vida…
Tu unión conmigo
Sólo un hilo de vida
Te conservó
Y allí más que nunca
Mi amor implacable
Mi amor de madre-niña
Mi amor de ser humano
¡Hernán: te quiero!
Mamá.
Lic. Marcela María Etchebehere
A mi hijo Nicolás
Y en cuanto llegaste
Te sentí vivir
Y me sonreí...
Tuve algo de miedo
El ya saber cómo podía ser...
No quería sufrir...
¡Y así todo fui feliz!
Naciste, ¡pichón de bebé de
¡Batita triple cero imposible!
Desnudo tuve que tenerte
Envuelto en tu manta celeste
Tomaste frío
Azul te pusiste
Te llevaron a urgencias
Fui a buscarte a terapia
Casi no podía caminar
¿Dónde está mi bebé?
¡Creí que no podía respirar!
¡Acá está mamá!
Una enfermera me dijo
Venga y abrace a su hijo
Te tomé en mis brazos
Y con esfuerzo caminé
“Me voy”, anuncié.
Estaremos mejor en casa
Julio y Hernán nos esperan
¡Vamos a nuestro hogar!
¡Nicolás: te quiero!
Mamá.
Lic. Marcela María Etchebehere
Una poesía para una amiga
Valiente Ana: te erguiste
Aún dolida
Sobre tu columna vertebral
Malherida
Valiente Ana: desafiaste la muerte
Y ¡Mujer fuerte!
Llenaste de vida el duro destino
Que te tocó en suerte
Valiente Ana: tu mirada
Aguda y noble
Avizoró el horizonte, cada alborada,
Para recuperar el control perdido
Valiente Ana: atravesaste el dolor
Encontrando una nueva partida
De estudio, entrenamiento y esgrima
Y le hiciste “¡touché!” a las heridas
Valiente Ana: ¡dueña de tu vida!
Tu gran fortaleza y entereza
Despiertan mi mayor nobleza
Y ¡me honra tu presencia!
Valiente Ana: te miro¡Y te admiro!
Tu fuerza y tu coraje bendigo
Y a Dios le pido, proteja
Valiente Ana: ¡Mujer que no ceja!
¡Nuestra amistad bendigo!
Y a Dios le pido:
¡También proteja!
Con cariño de tu amiga, Marcela María Etchebehere15/09/2005
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